"Mi paso por el I.E.S. San Juan de Dios".

No me gustan las despedidas. 

Me pregunto que qué es lo que realmente me llevo de estos dos años. Después de tanta 126 y 220, entre el miedo inicial y quizás la tranquilidad final se me vienen a la cabeza un cúmulo de sensaciones difíciles de explicar. Experiencias. Voy a hacer esto como una evocación de recuerdos. Al principio, la palabra es cambio, un cambio de mucho más de diez kilómetros. A ésta palabra, puede que le siga la palabra incertidumbre, es lo que lleva consigo el cambio, supongo. A partir de aquí, recuerdo mi primer día, el primer contacto con mis compañeros, ¿qué digo compañeros?, amigos y ese runrún de los pasillos acallado por el fuerte timbre. Es hora de dar clases. 

Porque el mundo es un lugar por conquistar, porque uno más uno no siempre son dos, porque “yo sólo sé que no sé nada”. Porque la polarización electromagnética es un fenómeno que puede producirse en las ondas electromagnéticas, como la luz, por el cual el campo eléctrico oscila sólo en un plano determinado, denominado plano de polarización. Porque la historia la escribimos tú y yo, porque los mejores profesores son los de Tecnología and finally, because you only live one.

Muchas risas, algún llanto, casi ninguna fiesta, y días estudiando sin parar, o al revés, no me acuerdo. La realidad es que me llevo muchísimas cosas positivas. Puedo decir que este instituto me ha cambiado, que he pasado los mejores años de mi vida aquí. En una canción, Time of your life de Green Day. 

Siguen sin gustarme las despedidas así que para finalizar esta especie de recuerdo de dos años voy a terminarlo igual que terminé mi primer comentario en este instituto, nombrando a Vincent Van Gogh y diciendo: ¿Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?”.